Guerra civil española
El 7 de agosto de 1936, el anarcobolchevique Victor Serge envió una carta desde Bruselas a su viejo amigo y camarada Andrés Nin en Barcelona. Había cosas muy urgentes que discutir con Nin, dirigente del POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista) español. Su amistad se remontaba a la guerra civil rusa, cuando los dos radicales se habían unido primero a la lucha para defender la revolución bolchevique de los enemigos internos y externos y más tarde habían apoyado a León Trotsky y a la Oposición de Izquierda contra José Stalin.
Ahora, 15 espeluznantes años después, Serge comunicó a Nin la mezcla de aprensión y alegría que sentía al saber que “por fin estás dentro de la gran convulsión” desatada en España y deseaba aprender todo lo que pudiera de la situación, para poder respirar una vez más “el aire tónico de la revolución.” En este momento de decisión, expuso, “sólo la clase obrera puede luchar contra el fascismo: sólo ella puede crear una república digna de ese nombre, una democracia que no sea otra emboscada. Tiene derecho a gobernar: puede y debe empezar a curar y superar las miserias, a transformar la sociedad.”
España republicana
Este artículo incluye una lista de referencias generales, pero carece de suficientes citas en línea correspondientes. Por favor, ayude a mejorar este artículo introduciendo citas más precisas. (Septiembre 2014) (Aprende cómo y cuándo eliminar este mensaje de plantilla)
La UGT fue fundada el 12 de agosto de 1888 por Pablo Iglesias Posse en Mataró (Barcelona), con el socialismo marxista como base ideológica, a pesar de su estatuto estatutario apolítico. Hasta su XIX Congreso, celebrado en 1920, no consideró la lucha de clases como principio básico de la acción sindical. Ser miembro de la UGT implica una afiliación al PSOE y viceversa.
El general Francisco Franco confinó a la UGT al exilio y la clandestinidad tras su victoria en la Guerra Civil española hasta su muerte en 1975. El sindicato salió de la clandestinidad durante la transición democrática tras la muerte de Franco, al igual que las Comisiones Obreras (CCOO) comunistas. La UGT y CCOO, entre ambas, constituyen las principales vías de representación de los trabajadores en la España actual, con la Confederación General del Trabajo (CGT) anarcosindicalista en un distante tercer lugar.
Cgt España
Para los trabajadores de todo el mundo, la Guerra Civil española fue un faro de esperanza contra la marea de la reacción que entonces barría Europa. Mientras la promesa de la revolución obrera se desvanecía por el ascenso del fascismo en Alemania y el ascenso del estalinismo en la Unión Soviética, los trabajadores de España dirigieron una lucha heroica contra el levantamiento del general Francisco Franco en 1936. En el proceso, no sólo lideraron una lucha contra el fascismo, sino también una rebelión obrera que dio al mundo una inspiradora visión de cómo podía ser el poder obrero.
La Guerra Civil española fue también el punto álgido de la influencia anarquista en el movimiento obrero internacional. En vísperas de la guerra civil, la anarcosindicalista Confederación Nacional del Trabajo (CNT) contaba con más de un millón de miembros y tenía como objetivo declarado el derrocamiento revolucionario del capitalismo. Sin embargo, el movimiento anarquista español fracasó en la prueba que supuestamente constituía el núcleo de su programa: la destrucción del Estado.
Las ideas y teorías de los revolucionarios deben ser puestas a prueba en última instancia por los acontecimientos. Durante la guerra, la aversión ideológica del anarquismo al poder del Estado -ya fuera capitalista u obrero- les llevó, en la práctica, a alejarse del derrocamiento revolucionario del capitalismo y a colaborar con el mismo gobierno al que se oponían. Como escribió en su momento el revolucionario ruso León Trotsky: “Al oponerse al objetivo, la conquista del poder, los anarquistas no podían dejar de oponerse al medio, la revolución”[1].
Gobierno español en el exilio
Este artículo incluye una lista de referencias generales, pero carece de suficientes citas en línea correspondientes. Por favor, ayude a mejorar este artículo introduciendo citas más precisas. (Marzo 2020) (Aprende cómo y cuándo eliminar este mensaje de plantilla)
El anarquismo en España ha tenido históricamente cierto apoyo e influencia, especialmente antes de la victoria de Francisco Franco en la Guerra Civil española de 1936-1939, cuando desempeñó un papel político activo y se considera el final de la edad de oro del anarquismo clásico.
Hubo diversas variantes del anarquismo en España, a saber, el anarquismo expropiador en el periodo previo al conflicto, el anarquismo campesino en el campo andaluz; el anarcosindicalismo urbano en Cataluña, especialmente en su capital, Barcelona; y lo que a veces se denomina anarquismo “puro” en otras ciudades como Zaragoza. Sin embargo, se trataba de trayectorias complementarias y con muchas similitudes ideológicas. Al principio, el éxito del movimiento anarquista fue esporádico. Los anarquistas organizaban una huelga y las filas se engrosaban. Normalmente, la represión policial volvía a reducir las cifras, pero al mismo tiempo radicalizaba aún más a muchos huelguistas. Este ciclo contribuyó a desembocar en una época de violencia mutua a principios del siglo XX, en la que tanto anarquistas armados como pistoleros, hombres armados pagados por los propietarios de las empresas, fueron responsables de asesinatos políticos.